Arqueología e Historia n.º 45: Atapuerca
DF-DFAQ045
Hace poco más de ciento veinte años se abrió en la sierra de Atapuerca una trinchera destinada a abrir paso a una línea de ferrocarril de vía estrecha que pretendía transportar el hierro de las minas de la sierra de la Demanda hasta la estación de Villafría. La dinamita se llevó por delante un registro paleoarqueológico único, y algunos datos sin duda preciosos se perdieron para siempre, pero las obras dejaron al descubierto los niveles sedimentarios de algunas cavidades que habían sido ocupadas por seres humanos desde hacía cientos de miles de años, dejando expuesto un complejo registro que abarcaba cerca de 1,4 millones de años. Los yacimientos de la trinchera son solo algunos de los muchos que conforman el gran complejo arqueológico la sierra de Atapuerca. Tras más de cuarenta años de excavaciones continuadas y una sucesión de hallazgos de enorme trascendencia para el conocimiento de nuestro pasado –los fósiles humanos más antiguos de Europa, la mayor concentración de fósiles homininos del Pleistoceno medio hasta ahora conocida, los primeros testimonios del canibalismo prehistórico, la caza comunal, el origen del lenguaje complejo, y un largo etcétera–, resulta casi imposible hablar de la Prehistoria sin mencionar Atapuerca. Aquí parece que las sorpresas nunca terminan, y los descubrimientos de la mayor relevancia nos asaltan campaña tras campaña de excavaciones, obligándonos a interpretar, repensar y replantear hipótesis sobre nuestro pasado constantemente.