Escipión Emiliano
DF-DLHA017
Cartago, Numancia. Dos ciudades, dos nombres, que despertaban
pesadillas en los romanos del siglo II a. C., recordando los aciagos días en
que Aníbal puso contra las cuerdas a sus abuelos y el rosario de derrotas
que los celtíberos habían infligido a las legiones en Hispania. Fue Publio
Cornelio Escipión Emiliano quien, de una vez por todas, exorcizó esos
miedos: Cartago fue arrasada hasta los cimientos, después de un atroz
asedio, y Numancia claudicó, su orgullo doblegado ante la tenacidad
implacable de un hombre decidido a hacer honor a su estirpe. Porque
Escipión Emiliano perteneció a la más laureada aristocracia romana,
hijo del Emilio Paulo que conquistó Macedonia y nieto por adopción del
primer Africano, el vencedor de Zama. Escipión Emiliano estuvo a su
altura, siendo dos veces cónsul y censor, y ganando en el campo de batalla
los dos apodos por los que pasó a la posteridad: Africano y Numantino.
Este libro supone la primera biografía en español de una de las figuras más
decisivas de la República romana, en un momento de profundos cambios
políticos, sociales, culturales y territoriales. La Roma que Escipión Emiliano
dejó al morir era mucho más poderosa y extensa que la que le vio nacer,
ama y señora del mundo conocido, en buena medida por sus acciones. Su
apasionante vida permite, además, acercarnos a los problemas a los que la
República tuvo que hacer frente en las décadas centrales del siglo II a. C.,
un régimen que se debatía entre la práctica política tradicional y los nuevos
aires que llegaban del mundo helenístico. Ni su prematura muerte, en
extrañas circunstancias, ni su enfrentamiento con la plebe a cuenta a de
la ley agraria de su primo Tiberio Graco, lastraron el glorioso legado del
destructor de Cartago y conquistador de Numancia, al que podemos hoy
saludar como al primero de los romanos de su tiempo.